Cabina o columna de ducha, por cuál de ellas decantarte

Los amantes de las duchas largas y relajantes suelen serlo también de las cabinas o columnas de hidromasaje.

Tanto unas como otras ofrecen un plus de bienestar a quienes las disfrutan tras un duro día, después de practicar deporte o un sábado por la noche, cuando la mayoría de nosotros no tenemos prisa por nada.

De hecho, si vas a reformar tu baño próximamente, deberías considerar la opción de instalar alguno de estos dos sistemas. 

Pero ¿cuál de ellos? Esa es la cuestión. 

Ventajas de poner una columna de ducha en tu baño

Las columnas de hidromasaje permiten aprovechar mejor los metros cuadrados en baños pequeños, ya que pueden colocarse dentro del espacio destinado a la ducha sin necesidad de ampliar esta.

De hecho, su colocación no implica obra alguna, es decir, podrás mantener el mismo azulejo, plato de ducha o mampara que antes, lo cual supone también un importante ahorro de tiempo y dinero.

En definitiva, las columnas pueden adaptarse a cualquier baño, por muy pequeño que este sea, y son muy fáciles de instalar.

Y eso no significa que estemos renunciando a un ápice de placer. Las sensaciones que obtendremos en una columna de ducha de hidromasaje no tienen nada que envidiar a las que conseguiremos con una cabina de ducha.

La única pega, por poner alguna, es que no podrás disfrutar de tu ducha relajante sentado, ya que, a diferencia de las cabinas, las columnas carecen de asiento debido a su diseño totalmente vertical, sencillo y minimalista.

Por lo demás, no encontramos más que ventajas, ya que existen múltiples modelos en el mercado (unos, más sencillos; otros, más completos) capaces de adecuarse a la perfección con el estilo decorativo de tu baño. 

Cabinas de ducha, placer y comodidad

Para colocar una cabina de ducha se necesita más espacio en el baño. Aunque las hay de diversas dimensiones y algunas de tamaño muy reducido, lo cierto es que necesitaremos un buen rincón en el que ubicarla sin problema.

El techo del baño debe ser más alto que la cabina y es necesario contar con un margen de al menos 40 cm de distancia entre las paredes laterales y esta, si deseas hacer la instalación correctamente, además de una conexión eléctrica cerca.

Por otra parte, se trata de un espacio independiente y cerrado de ducha, es decir, de un producto totalmente acabado e integral que tiene por objeto sustituir al antiguo plato o bañera y a su correspondiente grifería, que habría que retirar.

Al margen de eso, las cabinas de ducha ofrecen todo ventajas a través de sus multiples prestaciones.

Incluyen plato de ducha en cualquier formato: redondo, cuadrado, rectangular, ovalado, triangular…; grifos termostáticos, diferentes posiciones de masaje, chorros más o menos intensos que recorren todo el cuerpo y, dependiendo de qué modelos, iluminación interna, radio, bluetooth, función de cromoterapia, baños de vapor, sistema para masajear los pies e, incluso, sistema de autolimpieza. Una sensación energizante y de total relajación de la que podrás disfrutar, además, sentado o sentada.

¿A qué estás esperando para recargar las pilas en el baño y aumentar tu sensación de bienestar con un momento de total relajación? No espere más y ¡cambia ya tu vieja bañera por una ducha!