Las creencias culturales, teorías orientales e incluso las pseudociencias se cuelan a menudo en el interior de nuestros hogares en forma de tendencia para poner todos nuestros esquemas decorativos patas arriba.

Sin embargo, existe una teoría, de sobra conocida, que ha influido especialmente en este sentido sobre todas las demás, se trata del fengshui, de la que, estamos seguros, habréis oído hablar.

El Feng Shui (en chino, “viento y agua”) es un antiquísimo sistema filosófico basado en la ocupación consciente y armónica del espacio para lograr que este influya positivamente sobre las personas que lo ocupan.

Sus beneficios son tales, aseguran sus adeptos, que sus patrones o recomendaciones se han convertido en un mantra para decoradores, arquitectos de interiores, estilistas y cazatendencias. Dicen, todo ellos, que gracias al Feng Shui podemos sentir cómo nos invade el flujo de la energía universal hasta dentro del baño.

Pero ¿cómo conseguir tal asombroso resultado? La influencia energética positiva y armónica en un ambiente como el baño se obtiene modificando el espacio y orientando los objetos correctamente.

Tips para alcanzar equilibrio y armonía en el baño

Para el Feng Shui, cada uno de los puntos cardinales emana una energía determinada, así que debemos organizar nuestro baño en función de ella para encontrar el equilibrio.

Ubicación. La tradición china habla de separar el baño de la vivienda para garantizar la buena fortuna de la familia. Hoy en día, esto es prácticamente imposible, además de muy poco práctico. Sin embargo, si estamos en disposición de diseñar el interior de nuestra casa tal y como queramos, podemos adoptar ciertas medidas al respecto, por ejemplo, intentar que el baño no ocupe la parte central del hogar y que la puerta no se encuentre frente a la de la cocina o frente al acceso principal de la vivienda.

Distribución del equipamiento. Ocultar el váter tras un muro o pared, separándolo del lavabo, para que no se vea directamente al abrir la puerta, sería lo ideal, aunque no siempre posible. También debemos evitar situaciones como espejos enfrentados al acceso al baño.

Mobiliario y suelos. Preferiblemente, de madera; este material contribuye decisivamente a aumentar el equilibrio de la estancia y a conseguir que la energía fluya.

La paleta de color. El feng shui apuesta por los colores cálidos, aquellos que recuerdan a elementos orgánicos como la madera, las plantas o la arena. Así, marrón, ocre, amarillo, naranja, verde o rojo han de imperar en toda la estancia.

La luz. Natural por el día, cálida por la noche. La luz ambiente y los recursos naturales, como las velas, son óptimos.

¿Te gustaría disfrutar de un baño con todas estas características para poder recargar pilas y disfrutar de tu momento de relax diario? Laguardia & Moreira somos especialistas en cuartos de baño ¡contacta con nosotros!